25 de noviembre de 2009

Madre Tecnología

Por: Javier Zúñiga S.

Nos guste o no, vivimos en una época envuelta en la globalización tecnológica y digital, donde el tiempo no solo es dinero, sino conocimiento.

Hoy en día, la información vuela en minutos a través de todo el mundo gracias a internet, y más específicamente, gracias a los portales de noticias, redes sociales, blogs, etc, que permiten socializar valga la redundancia a cualquier hora en cualquier lugar.

Imagínese por un momento que no existen los celulares, las computadoras, los ipods, el televisor, etc, todos aparatos tecnológicos que nos rodean y “mejoran” nuestra vida, no solo retrocederíamos años en el tiempo, sino que nos perderíamos de acontecimientos e información fundamental para la evolución del ser humano.

Un ejemplo de esto, son las guerras, eventos bélicos a miles de miles de kilómetros de nuestras tierras, que de no ser por las tecnologías que el hombre ha ido descubriendo no tendríamos la oportunidad de conocer aunque sea un poco más de lo que está sucediendo.

Sin embargo, no todo es color de rosa dentro de este mundo tan robotizado, pues una de las principales preocupaciones de los expertos en relaciones personales y sociales, es que este tipo de tecnologías, disminuyen cada vez más la necesidad de salir de casa y encontrarse físicamente con otra persona, lo que no solo disminuye la “capacidad” sentimental, sino que convierte al ser humano en una especie sedentaria.

Pero entonces ¿qué fue lo que causaron invenciones como el televisor, el automóvil, el teléfono, video juegos, etc, sino fue sedentarismo y falta de atención personal a los demás?

Y todos son instrumentos que independientemente de su época de creación, hoy en día son indispensables, a excepción de los video juegos, para que el ser humano pueda tener la vida que le gusta tener.

Si bien nada se puede comparar a la madre naturaleza y todos sus componentes, el ser humano se ha ido entregando poco a poco a la madre tecnología, quien envuelta en un negocio multimillonario nos ha acogido muy bien en su regazo.

Y al que no lo haga, mis respetos y mejores deseos…

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